Blog de Astrología

Karma: temas pendientes de otras vidas
20 de Junio, 2017 Astroflor, Espiritualidad Mónica Correia Nobre

Bueno, hablamos de karma y lo primera pregunta que tenemos que hacernos es ¿qué es el karma? lo definición más simple es que a cada acción le corresponde una reacción . Lo vemos desde el punto de vista científico de la física mecánica más tradicional: la tercera ley de Newton o principio de acción y reacción y que aplica a todos los cuerpos incluyendo los celestes y que nos habla de este principio existente en toda la materia que nos rodea.

Pero, Karma es una palabra de origen sánscrito que se traduce como “acción” y que está presente en varias religiones: budismo e hinduismo por ejemplo. Para estas tradiciones espirituales el karma es el resultado concreto producido por nosotros mismos a lo largo de la existencia del Alma en el natural proceso del morir y reencarnar a través de una larga rueda de sucesivas encarnaciones que van generando resultados visibles en todos los aspectos de nuestra vida.
Para el budismo como dice Borges “el karma, es una suerte de organismo mental, que transmigra infinitas veces”.

De este lado del mundo, lo más cercano a la palabra karma tiene relación con eso de no hagas a los demás lo que no querés que te hagan a vos. Por ejemplo si recordamos la fórmula para pedir perdón cristiano que dice: “he pecado mucho de pensamiento palabra, obra y omisión” esta fórmula es una síntesis gloriosa del saber del Karma. Acá aparece el mismo reconocimiento en Oriente y Occidente de los distintos niveles generadores de karma: ya que tanto “el pensar”, “el decir”, “el hacer” y “el evitar hacer cuando esto es necesario” genera irremediables respuestas kármicas.

Resumiendo si no queremos que hablen mal de nosotros, no hablemos mal de los demás; si no queremos que piensen mal de nosotros, no pensemos mal de los demás.

Con respecto a “el hacer” experimentamos los resultados de nuestras acciones todo el tiempo. Creo que estamos poco acostumbrados a observar en forma neutral lo que nos ocurre a largo plazo y nos distraemos con facilidad culpando a otros de lo que nos pasa. Pero si lo analizamos a nivel corporal capaz lo podemos entender mejor, por ejemplo: si vamos al gimnasio, practicamos deporte o realizamos alguna actividad física nuestro cuerpo se va a ver tonificado, probablemente luzca mejor y logramos un disfrute de la vida individual y social muy diferente que si permanecemos lejos del sol y el aire libre, aislados y en estado sedentario.

Sin embargo nos cuesta ver esa misma dinámica en otros aspectos de la vida por ejemplo en las relaciones con los demás: cuantas veces pedimos más libertad pero controlamos al otro, o pedimos fidelidad y somos infieles, o nos gusta conservar nuestras pertenencias pero robamos.

Según la ley del Karma recibimos lo que damos ya que eso que recibimos es el resultado de un movimiento iniciado con anterioridad por cada uno de nosotros. Y la respuesta kármica la recibimos de cualquier persona que esté dentro de la misma línea de aprendizaje.
En este sentido y como resultado de las muchas acciones que generamos a lo largo de la vida hay buen karma y mal karma, aunque en general se utiliza la palabra karma con un significado negativo y al buen karma casi ni se lo nombra y se lo sustituye muchas veces por la palabra suerte Pero la suerte así como la entendemos en Occidente, es karma en el entendimiento de Oriente.

En las relaciones el tema del karma se potencia porque los efectos son muchísimo más fuertes. Somos seres de naturaleza social y es muy importante para nuestra vida las relaciones con los demás por eso esta área es especialmente importante a nivel del aprendizaje kármico y se extiende a lo largo de varias vidas dando nacimiento a las relaciones kármicas . Almas vinculadas a lo largo del tiempo que comparten un tema de aprendizaje de algún tipo y que tienen que resolver en equipo. Las más conocidas son las almas gemelas, seres que se mantiene unidos por el amor a lo largo de varias vidas y comparten diferentes aprendizajes en distintos ambientes.

¿Cómo podemos reconocer cuando una relación es kármica?
Muchas veces pasa que vemos a alguien por primera vez y sentimos que lo conocemos de antes, nos resulta muy familiar y hay una inmediata afinidad: otras por el contrario conocemos alguien que nos provoca una instantánea desconfianza y empezamos a actuar a la defensiva sin que haya ningún elemento de la realidad que nos diga que esa persona es peligrosa para nosotros. Sexto sentido? Puede ser, vidas pasadas también!

Lo más habitual es conectar con personas de vidas pasadas ya que buscamos los mismos compañeros para seguir nuestro aprendizaje y otras veces pasa que quedaron cosas pendientes, karmas irresueltos, buenos o malos, pero siempre útiles para nuestra evolución.

Con respecto al tema del amor, hay varios tipos de parejas kármicas, en algunas la cuestión de las deudas kármicas es determinante en su duración, en otros casos vemos que los mismos patrones se repiten a pesar de que cambiamos de pareja y tienden a aparecen los mismos problemas que no logramos solucionar, entonces evidentemente nos estamos relacionando con personas que están aprendiendo lo mismo que uno.

Muchas veces ocurre que cuando se termina la cuestión kármica que mantenía unida a estas dos personas, deviene una crisis, y en esa crisis o bien cada uno sigue su camino porque ya compensó el ciclo del karma o bien se renueva la pareja desde un nuevo lugar de crecimiento mutuo con nuevas reglas y así nace la pareja dhármica o de crecimiento compartido en la virtud, en el buen sentido, sin abusos por parte de ninguno de los dos, con un buen propósito mutuo.
Muchas de las más exigentes relaciones kármicas viene a la vida en la forma de parientes sanguíneos, cosa imposible de sacarse de encima o terminar la relación ya que el tema de la sangre nos une para toda la vida y nos obliga a resolver el karma familiar o morir en el intento.
Ahora cual es el propósito del karma entonces? Porque parecería una rueda sin fin de compensaciones. El propósito es el maravilloso aprendizaje de que todos somos Uno, aún en nuestra individualidad. Comprender esa conexión del campo unificado que incluye acciones y pensamientos y que manifiesta absolutamente “Todo lo que Existe” es el propósito del karma. Por eso se dice que es la herramienta de enseñanza y de evolución espiritual más impecable, justa y natural del Universo y gracias a ella avanzamos en el camino que nos transforma en Humanos maravillosos.

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