Astrología

Existen distintos niveles de Karma: karma personal, familiar, social, étnico, transpersonal, planetario. Cada ser encarna dentro de una familia cuyo karma es compatible con el propio karma personal. De esta manera la dinámica del aprendizaje se mama desde pequeño y se pueden sacar conclusiones a veces en forma consciente y las más de las veces en forma inconsciente. Cada ser vincula con su grupo de Almas, afín a su crecimiento y al cumplimiento de la Ley.

El análisis kármico de la Carta natal trae a la conciencia información acerca de los aprendizajes que compartimos con nuestro grupo de ancestros, clarificando el orden kármico en el árbol genealógico personal, la posición que cada uno tiene en el mismo, y dándole sentido a una cantidad increíble de experiencias vividas.

Paralelamente, cada Ser va trabajando sus propios karmas, que son resultado de sus acciones previas. Y su representación manifestada en este plano 3D es producto del tejido maravilloso realizado por los Señores del Karma y los Devas constructores de la forma que no descuidan ningún detalle, ni positivo ni negativo, ya que nada de lo que se hace, se siente, se piensa o se dice es ignorado por Él.

Cuando hacemos una lectura kármica de la carta natal, empezamos a viajar en el tiempo, y podemos observar como se manifiestan “ahora” tesoros y residuos de pasadas encarnaciones.Estas manifestaciones pueden ser una suave percepción interna, que a menudo ni siquiera se comenta. Una sensación parecida a un sueño que no se recuerda del todo. Una idea vaga que no termina de tomar forma y sin embargo esta ahí y se hace sentir. Un miedo irracional a algo en particular que no tiene asidero en el recuerdo de ninguna experiencia de esta vida.

Otras veces se manifiesta como una realidad concreta que se muestra en el entorno, en el medio ambiente de cada uno, en las relaciones afectivas y las que no lo son tanto, en los hechos sorprendentes de la vida y en lo que acostumbramos llamar destino y sincronicidad!

De pronto estamos en el momento correcto y en el lugar correcto. Recibimos algo que nos despierta a un largo recorrido. Una etapa nueva de la vida que nos llama de alguna manera, que nos vivifica y nos alimenta y la sensación es tan agradable que nos da un motor nuevo que nos empuja hacia adelante!

Otras veces son puertas que se abren, personas que aparecen en nuestra vida y nos ayudan en forma desinteresada. Nos sentimos felices (y esta muy bien que lo disfrutemos) ya que estamos recibiendo los puntos acumulados por las buenas obras del pasado. Por esos deberes bien hechos ahora se nos confían nuevas metas para que desarrollemos nuevas áreas de la personalidad del Alma. Otras veces chocamos con el mismo dilema, una y otra vez, sin terminar de entender como nos encontramos en ese punto de nuevo cuando dijimos que “ya no queríamos eso para nuestra vida”.

Avanzar en las dificultades kármicas requiere un cuidadoso análisis y la cancelación de los créditos que nos otorgaron en el pasado y que habitualmente olvidamos haber recibido. Todo esto tiene en común la manifestación de situaciones de “devolución kármica” que puede ser vivido como algo positivo o negativo. Positivo, si ya hemos avanzado en el asunto en cuestión. Negativo si todavía estamos tratando de resolver el problema.

Y en este punto es importante recordar que todos los problemas son experiencias creadas para lograr un aprendizaje, y que una vez que este aprendizaje ocurrió ya no es necesaria la materialización del conflicto y se re-establece la armonía.

La Astrología Kármica nos pone en sintonía de tiempo y espacio con la realidad de nuestra Alma, nos da una visión de la propia evolución y desarrollo, y de lo que se espera que hagamos con nuestro camino.

En cierta forma la lectura kármica y esotérica de la carta natal brinda respuestas profundas acerca de la meta de cada encarnación y revela información sobre el lugar a donde soñamos llegar antes de haber aterrizado en el planeta Tierra.